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Cómo la Inteligencia Positiva recablea tu cerebro

  • Julio Wong
  • 16 oct
  • 2 Min. de lectura

Si has pasado por cursos técnicos, de negocio, motivación y superación personal; has leído libros y tomado certificaciones, y aun asi te sientes estancado, la Inteligencia Positiva, podría ser  el puente para pasar de saber mucho a pensar mejor y vivir una vida de más satisfactoría.


INTELIGENCIA POSITIVA

¿Qué es la Inteligencia Positiva?

La Inteligencia Positiva (PQ) es un modelo práctico que integra mindfulness, compasión, neurociencia y psicología conductual para entrenar la mentalidad positiva. No es pensar en “color de rosa”, sino desarrollar la capacidad de detectar patrones mentales saboteadores, interrumpirlos con micro–prácticas corporales y atencionales, y elegir respuestas más sabias y útiles.


El entrenamiento se apoya en PQ reps: ejercicios de 30 a 120 segundos que enfocan la atención en la respiración, el tacto, los sonidos o la postura. Estas repeticiones fortalecen la autorregulación y el “músculo atencional”, favoreciendo los circuitos que te devuelven al presente. Con práctica, vas re-cableando (recableando) el cerebro hacia lo constructivo.


¿Por qué no basta con más cursos?

Porque el rendimiento sostenible no depende solo de conocimiento o motivación. La brecha suele estar en hábitos mentales: rumiación, perfeccionismo, autocrítica excesiva, control rígido o postergación. Puedes tener la mejor estrategia de negocio, pero si tu mente está secuestrada por el Juez interior o el Vacilante, no arrancas o arrancas drenado.

La Inteligencia Positiva no reemplaza tu formación; la habilita. Te da un sistema operativo mental para aplicar lo que ya sabes, especialmente bajo presión.


Las piezas clave del modelo

  • Saboteadores: patrones automáticos que amplifican el estrés y estrechan la atención (p. ej., Juez, Perfeccionista, Controlador, Complaciente, Vacilante).

  • Modo Sabio: curiosidad, claridad, compasión y acción serena.

  • PQ reps: micro-prácticas somáticas/atencionales que interrumpen el piloto automático y reorientan el foco.


Con el tiempo, este entrenamiento favorece la neuroplasticidad: lo que repites, se refuerza. No promete milagros; sí progreso acumulado con constancia.


Un giro práctico: del concepto a tu agenda

Imagina la típica mañana: correos, mensajes, reuniones. Antes, ibas en modo reacción. Ahora, introduces transiciones conscientes:

  1. Antes de abrir el correo (60 s): respira 4 veces lento por la nariz; siente el roce del pulgar con el índice. Nombra tu intención: “presencia y prioridad”.

  2. Antes de cada reunión (60–90 s): atención a sonidos lejanos + relajación de hombros. Pregunta del Sabio: “¿Qué es importante aquí para todos?”.

  3. Después de un tropiezo (90 s): etiqueta la emoción (“frustración”), vuelve al cuerpo, y escribe 1 regalo, 1 enseñanza y 1 posibilidad del episodio.


No cambiaste tu agenda; cambiaste tu estado. Ese microcambio reduce ruido mental y libera energía para aplicar tus herramientas técnicas y de negocio.


No te falta conocimiento; te faltaba un entrenamiento mental para desplegarlo. La Inteligencia Positiva convierte momentos ordinarios en gimnasio de atención, compasión y enfoque. Repite las micro-prácticas, deja que el cerebro se recablee y observa cómo tus habilidades técnicas y de negocio, por fin, se sienten naturales.


Si deseas saber cuales son tus saboteadores y tu coeficiente de mentalidad positiva entra a este enlace.

 

Nota: Este artículo ofrece educación y herramientas de bienestar; no sustituye apoyo psicológico profesional cuando se necesita.


Referencias bibliográficas:

  • Chamine, S. (2012). Positive Intelligence: Why Only 20% of Teams and Individuals Achieve Their True Potential—and How You Can Achieve Yours. Greenleaf.

 
 
 

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